Caldeamientos. Ethel Hayes

CALDEAMIENTOS
Material de Ethel Hayes
¿Q
ué es un caldeamiento? Un caldeamiento consiste en una serie organizada de acciones que realiza un coordinador con la finalidad de focalizar a los integrantes del grupo en determinado clima, determinado estado de ánimo. Es decir, lo que se busca con un caldeamiento, es romper el hielo inicial (en cada encuentro) para disminuir las tensiones, para -al decir de Rojas Bermúdez- achicar la corona que se encuentra en estado de alerta y dar lugar al desarrollo de los diversos roles que encierra cada Yo.
        Cuando los integrantes llegan al grupo (no importa el tipo de grupo: formación, capacitación, reflexión, terapéutico, recreación, etc.) cada uno llega de un ámbito diferente, con experiencias distintas, con sensaciones, pensamientos, emociones, vinculados a su vida cotidiana, con lo cual partimos con un clima grupal donde lo disperso tiene bastante espacio,  podemos llamar ese primer momento como “grupo endurecido” o también denominado “grupo frío”.
        Si quisiéramos entrar en tarea directamente, posiblemente nos encontraremos con grandes dificultades para abordar dicha tarea, ya que hay mucha coraza, mucho armazón, es decir, muchas defensas puestas en juego. Necesitamos desarmar este estado de tensión e ir paulatinamente generando un clima de confianza, de permisividad, de intimidad. Una de las maneras de lograrlo es utilizando la técnica de los caldeamientos.
        Por supuesto, hacer un caldeamiento no es improvisar, en el sentido de “los hacemos jugar”, sino que implica para quien coordina, pensar: tanto al grupo con sus semejanzas y diferencias y las técnicas a implementar. De más está decir, que es fundamental que quienes estén a cargo de la coordinación, conozcan la técnica, la hayan probado y se sientan cómodos con ella, sino es factible que no genere el efecto buscado, ya que parte de la resistencia va a estar dada por la misma coordinación. Es necesario conocer nuestras propias limitaciones, tener claro qué puede llegar a disparar la técnica elegida, si voy a poder contener, etc.
        Al hablar de la preparación de los juegos o técnicas de acción a implementar, necesariamente estamos diciendo que el primero en prepararse es la coordinación, tanto corporal como verbalmente. Con esto aludimos a tratar de sintonizar con el estado “adecuado”, para proponer ese estado a los integrantes del grupo. Entran en juego el tono de voz, la cadencia, los ritmos, el movimiento físico, la forma de organizar las frases, el juego elegido. Estos elementos podrán tanto facilitar como obstaculizar el clima buscado. Podemos generar un clima que es vivido tipo zaping, ya que es tan rápido que no hay posibilidad de centrarse en las actividades o tan lento que termine aburriendo y generando ganas de irse. De más está decir, que esto se irá viendo en la práctica, que es en y con la experiencia que podremos ir ajustando la herramienta y que siempre es a posteriori que vemos los efecto producidos y podemos analizar si nuestra intervención fue o no operativa.
        Un elemento indispensable a la hora de preparar un caldeamiento, es la elección de la música, ya que la misma es una propuesta en sí misma, favorece el “desconectarse” y “conectarse”, permite evocar, recordar, buscar sensaciones dentro de uno, abre la puerta a la fantasía, al contacto con el propio cuerpo y con los cuerpos de los integrantes.
        Con un “buen” caldeamiento, podemos conseguir –habitualmente- un clima emocional adecuado, en términos de desarmar estereotipos sociales, disminuir las inhibiciones, las vergüenzas, los temores.
        Al elegir determinadas técnicas, ejercicios o juegos, vamos a generar un clima donde priorizamos determinados sentimientos, quedando más relegados otros sentimientos, que posiblemente aparecerán como protagonistas en otros caldeamientos, teniendo en cuenta la direccionalidad que busquemos.
        Ahora bien, sabemos que cada integrante es diferente y que las maneras de conectarse con el propio cuerpo varía de acuerdo a la estructura de cada integrante. Habrá personas que se vinculan más rápidamente con su propio cuerpo, con menor inhibición, otros donde el cuerpo está como “ausente”, dormido, rígido.
        Dice Fidel Moccio, que la “creatividad es un estado”, y que para que la creatividad se despliegue deberán desarrollarse mecanismos que desbloqueen la producción de pensamientos, salir de la racionalidad. Considera que el cuerpo también es un bloqueador de imágenes, que por eso la tarea comienza siendo corporal, a través de lo cual vamos liberando al mundo inconsciente de las trabas que le impone la consciencia o la razón. Sigue diciendo: La razón nos condena a una limitación de lo que entra en el campo de la lógica. ¿Cómo esquivamos esto? Lo hacemos a través de la tarea corporal, juegos en lo imaginario, hasta que en algún momento, en este proceso que compone el esquema de trabajo en las sesiones o en las clases aparecen los productos que, una vez que tienen la materia prima, le dan forma, o sea transforman en visible todo esto que fue desarrollando en el campo de nuestra mente, de nuestro imaginario. Entonces, la metodología que utilizamos simplemente lleva a condicionar en el integrante un estado. Decíamos que la creatividad es un estado, y es básica la relajación psicofísica, o sea que ni el cuerpo, ni la mente con nuestro rígido raciocinio, sean un obstáculo para que puedan emerger, frente a determinados estímulos o búsquedas, otras maneras, otras respuestas no habituales, no estereotipadas, para resolver los problemas que se nos presentan en la vida, a cada instante”.
        Al inicio mencionábamos a Rojas Bermúdez y su concepto de corona. Habla del núcleo del yo, y plantea que hay una corona que tiene que ver con el sí mismo, y que cuando se encuentra ante una situación nueva, desconocida, está en estado de alerta y esa corona se expande, dejando encerrados o escondidos los diversos roles del sujeto. Va a hablar de roles más desarrollados, roles menos desarrollados, roles complementarios, seudo rol, objetos intermediario, interrelación de roles. Aquí aplica el concepto de caldeamiento, ya que la función del mismo es la de achicar esa corona para que puedan ir apareciendo los roles más desarrollados (es decir, los que utilizamos cotidianamente: rol de madre – padre – hija – hijo – pareja – laboral – amiga - amigo, etc.). A medida que se sigue achicando la corona comienzan a aflorar los roles menos desarrollados, que también son parte nuestro pero casi no se utilizan. La finalidad, para este autor, es que con los años podamos ir desplegando y desarrollando esos roles que han permanecido ocultos, escondidos y que nos posibilitan un crecimiento más integral de nuestra personalidad.
        En Psicodrama, involucramos o tratamos de involucrar todos los roles posibles, una de las técnicas utilizadas es la denominada rol playing, que sería el trabajo en ese momento de un determinado rol (poco desarrollado o hiperdesarrollado) que sirve para seguir revisando conductas, lugares en los que nos posicionamos repetidamente, por ejemplo.
        Desde esta formación, la del Psicodrama, lo que buscamos con un caldeamiento es todo lo dicho anteriormente pero con una dirección, que es la de facilitar la producción de escenas.
        Dice Ana María del Cueto, que es impensable hablar de psicodrama sin que intervenga el discurso del cuerpo, la inclusión del cuerpo es por lo tanto inevitable. La coordinación será quien haga lectura, dependiendo por supuesto de la tarea convocante en cada grupo. La interpretación, el señalamiento, las intervenciones variarán de acuerdo al tipo de grupo (terapéutico, formación, actividad lúdica, de reflexión, etc.), pero será la coordinación quien organice y evalúe las estrategias, el tipo de intervenciones, las normas de funcionamiento.
        El espacio grupal puede ser pensado como lugar de juego por excelencia, del “como sí”, donde los integrantes pueden ir reencontrándose o descubriendo su capacidad creadora. Es una zona de juego del grupo pero no será una actividad psíquica interna o del grupo, hay un entre, una nueva construcción, ya que en toda dramatización siempre aparecerán deslizamientos que dan lugar a lo nuevo, a lo incierto. No se trata de repeticiones de una escena, sino de entrar en el mundo de lo simbólico, de lo imaginario, de lo real y de lo creativo.
        Los movimientos de los cuerpos nos hablan, nos muestran sus modalidades vinculantes, sus maneras de acercamiento o distanciamiento con los otros. Los cuerpos hablan, producen, muestran, impregnan de sentido la escena dramática, nos dicen el cómo y el porqué. Nos hablan de la historia personal. Grupal. Social. De la actualidad. Del futuro… pero no siempre, porque estamos en el terreno de lo incierto (Ana Ma. Del Cueto).
        Las técnicas activas o los juegos, dan la posibilidad de realizar dos movimientos, en principio, en los grupos:
a   Dan la posibilidad de hacer extraño lo propio (acciones, sentimientos, hábitos, pensamientos, etc.), poniendo el foco de atención en lo que uno da por sentado, para poder verlo, entenderlo y así tener la posibilidad de cambiarlo.
a   Dan la posibilidad de entrar en lo nuevo (pensamientos, sentimientos, etc.) de modo de vivenciarlo y poder incorporarlo a lo de uno, encontrarse con nuevas conductas, nuevas formas de enfrentar situaciones, con más recursos, desde lugares diferentes.
        Ahora bien, esto deberá ir regulándolo la coordinación, ya que si hay un exceso de juegos de “hacer extraño” podemos llevar a un clima de  despersonalización que termina siendo desagradable y provoca resistencia a cambiar algo de lo propio. Si hay excesos en juegos donde “lo nuevo” es el protagonista, puede ser vivido como demasiado nuevo y desorganizante, con locuaz los integrantes terminan no aceptando la propuesta o lo juegan sin vivirlo, sin entrar en contacto.
        Vamos a mencionar algunas técnicas, las cuales se pueden ir recreando, de acuerdo a cada situación, cada grupo y cada equipo de coordinación. Fueron extraídas de la obra “Juegos en dinámica de grupo”, de Vivian Loew y Guillermo Figueira. Editorial Club de estudio.
CALDEAMIENTOS
Ø  Caminar, mirar, fantasear. En este ejercicio, partimos de algo socialmente aceptado como conducta que es el caminar, en silencio, mirar y mirarse entre sí y les pedimos que a medida que se van cruzando vayan fantaseando en relación a la vida de ese compañero/a, sin enunciarlo verbalmente. La coordinación puede ir tirando pautas como “fantaseo qué hizo anoche”, “cómo se levantó hoy… qué comió… con quien está…” etc. El ir mirándose es un inicio en esto de mostrarse sin demasiado riesgo. La posibilidad de fantasear, nos acerca a los otros, ya que al fantasear algo de uno se pone en juego.
Ø  Caminar y roce de hombros. Se comienza caminando, se puede hacer el ejercicio anterior y vamos agregando las distintas variantes (cada una de las variantes puede ser utilizado en distintos ejercicios o incorporar varias posibilidades en un mismo ejercicio), por ejemplo:
a.   Caminar cada vez más rápido y rozarse los hombros al cruzarse. (se va acelerando cada vez más el ritmo de la caminata).
b.   Caminar y pasarse gestos y señas (va acortando el trámite social y ayuda a superar vergüenza).
c.   Caminar y saludar cordialmente (Prescripción que facilita el encuentro).
d.   Caminar y saludarse con distintas partes del cuerpo sin utilizar la palabra (facilita el encuentro corporal).
e.   Caminar y hacer gestos de rechazo (facilita el encuentro).
f.    Caminar e incorporar el olfato. Para eso se van oliendo a los demás integrantes y ven de qué se trata cada uno, en base a las asociaciones movidas por lo que se huele. (Rompe estereotipos sociales y genera acercamiento corporal).
g.   Caminar con movimientos torpes. Desarmar el cuerpo (centran en el propio cuerpo torpezas, inhibiciones, etc., de modo que cuando terminan están más sueltos)
Ø  Concientización del cuerpo. Sirven como preparación para otros juegos o ejercicios. Se les pide que se queden parados donde estén y con los ojos cerrados. Manteniendo el tono muscular, se induce a una conciencia de todas las partes del cuerpo y relajación de partes especialmente tensas. (Es un modo de comenzar a estar cada uno en contacto consigo mismo y eso que le está pasando en ese momento para luego poder usar su cuerpo y su persona para lo que necesite. Además, es un modo de ordenar las emociones y bajar el temor y la confusión frente a lo que rodea).
Ø  Aumento de percepción y sentidos. Tiene distintas variantes que se pueden ir incluyendo.
a.   Se les pide que se acuesten boca arriba y traten de encontrar una posición cómoda. Se procura concentrar la atención en el cuerpo. Se va repasando de abajo hacia arriba diciendo: “ahora presten atención a los dedos del pie… no les pido que los muevan o que los relajen, sino que se den cuenta de cómo están… tienen mucho tiempo… ahora perciban las plantas de los pies… empeines… tobillos… hasta terminar en la cabeza.
b.   Luego se pide que procuren registrar qué perciben en ese momento a través de los músculos y articulaciones.
c.   Se pide que vean cómo está apoyado el cuerpo, qué partes apoyan mucho, cuáles no apoyan, cómo está soportado el cuerpo en su totalidad (es útil imaginarse el piso como una gran plancha fotográfica donde lo que apoya mucho es negro, lo que no apoya es blanco y el resto todas las gamas de los grises. Y trabajar cada uno con el detalle de esa fotografía).
d.   Luego se pasa a la piel, buscando la mayor sensibilización.
e.   Luego se pasa al gusto, al olfato y al oído. La vista se puede incluir o no, de acuerdo a cuál será el ejercicio que se utilice a continuación.
           Toda esta sensibilización es útil hacerla con mucho tiempo, con voz pausada, monótona, buscando una recepción hipnoide. Se la puede hacer no sólo acostados, sino también sentados, parados o caminando, sobre todo cuando están cansados. Depende de para qué se esté utilizando este ejercicio. Es útil, muchas veces, terminar focalizando en una región o articulación en particular.
Ø  Relajación activa. En este caso, si bien la coordinación guía la relajación no lo hace en forma hipnótica, sino apelando a la atención de los integrantes. Se acuestan, se apoyan cómodamente y la coordinación avisa que van a poner toda la atención en relajar el cuerpo. Va diciendo: “ahora la atención va al dedo gordo del pie…relajo, ya!… ahora a los dos pies… relajo, ya!... pantorrilla, y así sucesivamente hasta incluir todo el cuerpo. La ventaja de esta relajación es que dura pocos minutos, es rápida y mantiene la atención muy alta. Algunas variantes para profundizar la relajación:
a.   Apelación de imágenes: la cara es de cera, y una luz cercana da calor y se va derritiendo.
b.   Pensar a todo el cuerpo como si éste fuera una vela que lentamente se va derritiendo.
Ø  Desarmar el cuerpo. Este ejercicio suele ser el inicio de varios juegos secuenciales donde se trabaja mucho el cuerpo. Se puede hacer estando parados. Se les pide que cierren los ojos y se concentren todo lo que puedan en el cuerpo. Se aclara que el cuerpo va a entrar en movimiento sin parar hasta el final. Se comienza con los dedos de las manos, luego, sin dejar de mover los dedos, entran en movimientos las muñecas, luego sin dejar de mover los dedos-manos-muñecas, los codos, luego los hombros y así hasta mover todo el cuerpo. 
   A medida que se van incluyendo nuevos movimientos, la concentración debe ser mayor, pues de lo contrario las partes, sin quererlo, se van quedando quietas.
   Cuando todo el cuerpo está en movimiento, se van acelerando los movimientos. Los coordinadores van diciendo “más rápido… más rápido, 30 segundos muy rápidos, etc.”.
a.   Desarmar el cuerpo caminando. Incluir movimientos no habituales, ridículos y poco usados. Y allí sostener en movimiento esa posición.
b.   Que muestren en movimiento el cuerpo como algo muy grande, el cuerpo como algo muy pequeño, etc.
  A nivel corporal, esto permite agilizar todo el cuerpo y contar con él para lo que luego se necesite.
  A otro nivel, la concentración que exige este ejercicio hace que el foco esté centrado en el propio cuerpo, con lo cual corta la ansiedad ligada al otro. Al no estar pendientes de los demás, bajan las resistencias, las inhibiciones.
Ø  Conciencia corporal parados. Este ejercicio sirve para conectarse con intenciones, sentimientos propios, capitalizar, repensar lo vivido y reconectar y rearmar futura acción.
           Se les pide que se queden parados, quietos y con los ojos cerrados y que se dediquen a darse cuenta de cómo tienen el cuerpo. Pueden guiar los coordinadores con la toma de conciencia de abajo para arriba: “vean cómo apoyan los pies, cuáles son los puntos de apoyo… cómo tienen las piernas… los músculos… la columna, etc.
a.   Puede ser seguido de conciencia de cómo están respirando o no.
b.   De registrar cuál es el sentimiento dominante que perciben en el cuerpo o en la respiración.
Ø  Conocimiento corporal dirigido. Los integrantes se acuestan en el piso con los ojos cerrados. La coordinación pide que se concentren en el cuerpo y va mencionando en voz alta y pausada, todas las partes o zonas del cuerpo, con tiempo suficiente como para que cada integrante registre cada una de las partes. Es práctico comenzar de abajo hacia arriba (desde los dedos de los pies hasta el cuero cabelludo).
Ø  Ubicar emociones en el cuerpo. Se les pide que acostados y con los ojos cerrados, se conecten con su cuerpo. Que traten de juntarse con la emoción o sentimiento que perciben en ese momento, que la visualicen, la estudien y la ubiquen en alguna parte del cuerpo (puede ser una zona grande, chica o bien un órgano). Luego va mencionando diversas emociones, una por una y con buen tiempo (angustia, alegría, tristeza, enojo, vergüenza, etc.) y va pidiendo que las ubiquen en alguna parte del cuerpo.  Se puede terminar aquí y a partir de esos sentimientos evocar escenas o elegir una emoción dominante y trabajarla especialmente.
             Hay momentos en que la coordinación puede pensar que hay alguna emoción evitada en la mayoría de los integrantes, generando determinado clima, por ejemplo sensación de incomodidad paralela a algo que transcurre en el grupo. La posibilidad de conectarse con dicha sensación sirve para abrir, y trabajarlo grupalmente.
Ø  Conocimiento libre del propio cuerpo. Acostados y con los ojos cerrados, deben libremente recorrer su cuerpo de abajo para arriba y viceversa, que se tomen el tiempo suficiente para darse cuenta de cómo tienen cada parte del cuerpo.
            Este ejercicio puede ser completado por algunas localizaciones que hace el coordinador en alguna parte del cuerpo. Por ejemplo: si el juego siguiente tiene que ver con un “diálogo de manos”, concentrar la atención en las manos; si el siguiente ejercicio busca lograr estabilidad, concentración en pies y piernas; si busca acción, movimiento de brazos, etc.
Ø  Arreglarse frente al espejo. Se puede realizar con un espejo real o imaginario. Se realiza de a uno a la vez. Debe colocarse frente al espejo y se le da la consigna de que se vista, se peine, pinte, lave los dientes, etc., siempre mirándose al espejo. Se pueden incluir variables en las consignas, como arreglarse o preparase para tal situación.
           Este ejercicio permite estar con uno mismo frente a otros. Ni desligarse del grupo ni perderse en la interacción.
Ø  Baño. Este ejercicio conecta rápidamente con situaciones de intimidad. Se ubica en el salón un espacio donde estará el baño y cada integrante ubicado en la bañera o la zona del baño que quiera, debe hacer los movimientos y gestos de la actividad solicitada.
           Puede utilizarse como juego en sí, explorando una situación de intimidad de uno o todos los integrantes o bien como caldeamiento para otro juego.
Ø  Escenario. Este juego caldea la situación de exposición.  Se utiliza un espacio para el escenario y se trabaja con un público imaginario. De a uno, los integrantes van pasando por el escenario y mirando a ese público imaginario puede caminar, actuar y saludar libremente. Una vez finalizado sale por el lado contrario al que subió, los integrantes se encuentran ubicados en hilera para ir pasando de a uno.
a.   Se puede hacer una segunda pasada por el escenario teniendo que improvisar algo.
b.   Subir al escenario con una consigna específica (dirigir una orquesta, cantar una canción infantil, recitar una poesía, actuar una escena de amor, etc.) Para esto es necesario que el grupo esté bastante caldeado, ya que puede generar resistencias y ser vivido el ejercicio como muy persecutorio (ansiógeno y regresivo)
c.   Que el público no sea imaginario, sino que los integrantes estén allí como público. El integrante que pasó al escenario pasa a ser parte luego del público.
           Se puede finalizar el ejercicio haciendo alguna actividad grupal en el escenario.
Ø  Toqueteo y rechazo. Es un ejercicio para acercarse y alejarse, no sólo físicamente sino encontrarse con lo que les va provocando este abrirse y cerrarse rápidamente a los otros. Cancela inhibiciones, sobre todo la prohibición social de meterse en el espacio de otro. Como tienen  sólo un momento para acercarse y luego deben alejarse, 1º) no avergüenza, 2º) da espacio al juego de desear (como no debo tocar-acercarme-meterme con el otro más que un segundo, puedo desearlo, ya que habitualmente la gente quiere acercarse y alejarse, sólo que alejarse está siempre permitido, mientras que acercarse no tanto).
             Caminan lentamente, y mientras se van desplazando se informa que van a tocar a todos los integrantes que aparecen por el camino, pero rápidamente lo vana rechazar. Pueden tocar cualquier parte, pero lo importante es que rápidamente, el que toca, se retire en forma muy rechazante.
           Lo juegan todos con todos. Puede utilizarse como juego de caldeamiento o a partir de lo que movilizó ver qué escenas emergen.
Ø  Corriente eléctrica se mete en el cuerpo. Es un ejercicio que sirve para conectarse con lo más irracional, ya que la “electricidad” es demasiado irracional.
             La consigna es que en determinado momento van a estar pegados a una fuente de electricidad, no corren peligro de muerte, pero no pueden desprenderse de la electricidad. Se coloca una música violenta y… “ya!... pasa electricidad por todo el cuerpo… no pueden parar… se mueven al ritmo de esta corriente”.
           La música deberá ser rápida y poco rítmica, de modo que no estimule a bailar sino a vivir el cuerpo.
Ø  Para salir a la cancha. Sirve como juego anterior para otro donde es necesario mucho movimiento corporal. Se les dice que son jugadores de fútbol y que en 5 minutos salen a la cancha. Se pide que usen intensamente esos 5 minutos para calentar todos los músculos al máximo. A los 5 minutos reales se corta y se sigue con el juego siguiente.
Ø  Bomba y ciegos. Sirve para sensibilizar, crea un clima de alta tensión, donde está muy exacerbado uno y el otro como diferentes. Temores al otro y cuidado de uno mismo, los temores más primitivos se ponen en juego. Lleva también a lo más irracional de separación y unión con otros. (Asociaciones de piel madre-hijo, temores a la paliza de un niño, terror a la soledad del a piel como cerco protector y aislante, temor a la fragilidad del cuerpo siempre expuesto a la muerte, etc., suelen aparecen en este juego).
             Se les pide que caminen muy lentamente y luego se detengan y cierren los ojos. En esta posición se sensibilizan todos los sentidos: piel, oído, olfato, gusto.
           Se les entrega a cada uno un pañuelo y se les pide que se vendan los ojos. Se sigue sensibilizando los sentidos, ya que son ciegos. Luego se informa que uno de ellos es una bomba, si alguien la toca, aunque sea suavemente, va a explotar. Se les pide que se desplacen por la habitación muy lentamente, agudizando todos los sentidos (sobre todo piel y oídos) a fin de no tocar a nadie por el riesgo de explotar.
Ø  ¡Ay, ay, ay! ¿Por qué me tuvo que pasar?  Sirve como juego catártico, pero a su vez conecta con actitudes de protesta infantil.
            En un momento de la sesión, se les pide que caminen agobiadamente y se agrupen “amargamente”. Los coordinadores comienzan diciendo (y piden que todos los sigan): “Ay, ay, ay, por qué me tuvo que pasar…” alientan a que la queja vaya en aumento. Al principio es una queja específica, luego el coordinador sugiere que se quejen por cosas concretas, se pueden traer situaciones relacionadas con el grupo, el espacio, la actividad, la crisis económica, las desgracias de la vida, etc.  Cada uno se queja como quiere y con lo que quiere, hablan todos a la vez. Cuando el tono de la queja pasa, se continúa rápidamente con otro juego.
Ø  Plegaria. Luego del juego de la queja se puede utilizar este. En la plegaria se formula el deseo, con lo cual se está aclarando lo que cada uno quiere, por los que es más fácil ponerse en camino para obtenerlo. Si bien la queja comienza por ser difusa, en la plegaria lo que no anda y cómo lo quiere cada uno, va delineándose con más claridad. Cuando baja el tono de la plegaria se pasa a otra actividad.
             Se les pide que sigan caminando, pero ahora tendrán que hacer una larga plegaria (arrodillados, tipo plegaria mahometana, o como quieran) rogando que les saquen todos los males que les aquejan y pidiendo que se les concedan numerosas cosas buenas. Es individual y se hace en simultáneo.
Ø  Baile. Se ubica al grupo en una situación donde por alguna razón, todos deben bailar. Por ejemplo, la fiesta del pueblo.
a.   Los varones sacan a bailar a quién más seduce, luego se invierte. Son las mujeres que sacan a bailar a quienes hacen determinadas conductas (la coordinación va tirando ejemplos).
b.   Se puede adjudicar roles: fiesta de 15, casamiento y se reparten roles de acuerdo a la consigna.
Ø  Pasarela. Juego grupal. De a uno por vez, se levantan y caminan. Los demás integrantes están sentados en ronda y fantasean en voz alta, le adjudican un nombre, una profesión, un estado civil, estado de ánimo, etc. Puede ser aplaudido, ignorado, abucheado.
           El integrante que está en la pasarela no puede hablar, ni hacer gestos afirmativos o negativos, sólo debe caminar.
           Una vez que todos pasan por la pasarela, se puede reflexionar y asociar con escenas los sentimientos que sintieron en esa situación.
Ø  Espejo animado. De a dos, uno se coloca frente al otro. Uno va a mirarse en el espejo, el otro hará de espejo, tratando de reproducir lo más textual posible las posturas, gestos, movimientos que haga el integrante. Se les pide a quien hace de espejo, que mientras copia vaya registrando qué le sucede, qué siente con esos gestos, movimientos y posturas.  Al que se mira, se le pide que se suelte lo más que pueda, que comience con movimientos y gestos estereotipados, pero que cada vez haga más lo que le parece sin pensarlo.
           Este ejercicio lleva un tiempo, ya que es necesario que el espejo pueda tomar en el cuerpo todas las actitudes del que se mira. Forma de ubicar las rodillas, forma de ubicar el pecho, forma de mover los brazos, ritmo y cadencia propia, forma de ubicarse en relación al piso, cómo respiran, cómo llevan los hombros, etc.
           Una vez que incorporaron lo físico del otro, el espejo comienza a cobrar autonomía y va agregando movimientos propios siguiendo los movimientos de su espejado, luego pasan a hacer cada uno los movimientos que quieren tratando de generar un diálogo entre los movimientos.
   Se cambian las parejas y quien hacía de espejo hace de espejado y viceversa. Se repite el ejercicio.
a.   Otra variante, es que la coordinación vaya introduciendo movimientos, por ejemplo que quien se mira (y por lo tanto quien hace de espejo tendrá que copiar ese movimiento) se pare sacando la cola lo más que pueda… sacando la panza… para ir encontrando posiciones diferentes a las utilizadas cotidianamente y de esa manera abandonar por un ratito hábitos posturales y tratar de entrar en conexión con aspectos menos desarrollados de cada cuerpo.
Ø  Fiesta de lisiados. Juego grupal. Se los invita a conectarse con un personaje real o imaginario que sea lisiado. Explorarlo con detalle e identificarse con el mismo. Se encuentran en una fiesta y tienen que interactuar desde el personaje. De a 2, de a 3, de a 4, alguien les atrae y sienten deseos de acercarse, alguien los irrita y tienen ganas de pelear, quieren seducir a alguien que ven atractivo, etc.
           Es frecuente que cuando notamos que tienen dificultades para asumir algún rol, ya sea porque es muy diferente de los que suelen asumir o porque produce vergüenza o temor, damos instrucciones de aquello que suponemos harían espontáneamente si se atrevieran; de este modo ellos simplemente “cumplen instrucciones”, y los coordinadores somos los responsables. Esto a veces enoja a los integrantes con nosotros, pero suelen lograr la vivencia de todos modos, clandestinamente, mientras se enojan con la coordinación.
Ø  Guardería infantil. Juego grupal. Se les hace tomar contacto consigo mismo y se da la consigna: tienen 4 años. Con todo detalle se imaginan cómo son a los cuatro años, cómo tienen la piel, qué altura tienen, cómo caminan, cómo hablan, cómo visten, etc.
           Luego se los sitúa en una guardería infantil. Se les pide que actúen y que jueguen o hagan lo que quieran. Aquí se puede dar numerosas consignas de acuerdo al desarrollo del juego.
           No pretendemos que hagan una regresión, ni que vivencien realmente a un niño de 4 años, lo que pretendemos es que puedan salir de los estereotipos de la edad que realmente tienen y entren en otros estereotipos o aquello que ellos suponen, desde el ahora, pueden sentir o han sentido a los 4 año. Es como un permiso para algo diferente y un pedido a no ser ellos mismos por un rato.
Ø  Clínica psiquiátrica. En este juego se prestigia todo aquello que habitualmente está prohibido, de modo que cada uno pueda experimentarlo y experimentarse realizándolo.
a.   Una de las variantes es que la coordinación asigne a cada integrante determinada locura (que considera que más le va a costar hacer). Se les aclara que están en una clínica psiquiátrica y que sólo el más loco va a ser dado de alta. Los que evalúan son los psiquiatras (los coordinadores). Luego se les pide a todos los integrantes que actúen sus locuras y las exageren al máximo, para poder así ser elegidos. Después de un tiempo, los coordinadores sacan al “más loco”. Dejan pasar un rato más y van sacando a otro, y así hasta dejar 3 o 4 “locos”. Allí la competencia se va endureciendo cada vez más.
  Generalmente, como quieren salir rápido de la clínica, fuerzan las conductas más extremas, esto les llevará a permitirse exagerar. La coordinación tiene que estar muy atenta, ya que si excede el monto de ansiedad, no sólo el ejercicio no es válido para vivenciar nada sino contraproducente: deja el sabor de que todo aquello que es expresivo es doloroso, desagradable, angustiante. Se espera que la coordinación vaya sacando de a uno, a medida que va comprendiendo que hasta ahí quieren llegar, facilitando lo expresivo pero sin forzar más allá de lo que cada uno esté dispuesto a hacerse cargo.
  Cualquier situación en la que el coordinador no tenga la medida del manejo de ansiedades y emociones en general puede ser contraproducente. Sólo que en este ejercicio, al estar la salud mental en juego puede ser más peligroso que en otros, y, sobre todo, más ansiógeno.
b.   La otra variante es la del hospicio libre. Clínica psiquiatra muy paqueta, donde cada paciente tiene un psiquiatra. Aquí se puede o establecer a priori quienes hacen de pacientes y quienes de psiquiatras y luego invertir, los psiquiatras pueden ayudar de muchas maneras, de acuerdo lo solicitado por el paciente. O bien informar que la mitad son pacientes y la otra mitad los psiquiatras y ellos tendrán que averiguar quién es quién.
  El juego termina analizando qué papel hizo cada uno, por qué lo eligió y cómo se siente cada uno.
  Este ejercicio tiende a romper estereotipos y a acortar diferentes distancias.
Ø  Orfanato. Este ejercicio conecta a cada integrante con su parte más solitaria y abandónica. El juego consiste en ubicarlos a todos en un orfanato. Tienen entre 6 y 8 años. Están en el patio del orfanato y pueden hacer lo que quieran. Se puede pasar también la consigna de que es domingo a la tarde, todos los demás huérfanos salieron con algún familiar y ellos no (los integrantes) porque no tienen a nadie.
            Cuando lo vivieron durante un tiempo, cada uno relata cómo se sintió, qué asoció con esto, dónde está ese “triste” que no puede mostrar y por qué. O bien, se abre a escenas.
Ø  Mendigo. Esta actividad generalmente nos conecta con la vergüenza de pedir, con la dificultad de mostrar la necesidad.
           Se les pide que se concentren en el personaje de un mendigo (conocido o fantaseado), que traten de conectarse con la piel, la postura, formas de caminar, etc. Luego cada uno es mendigo y tienen que interactuar entre ellos como mendigos. Pueden hacerlo todos juntos, o de a uno, donde uno es el mendigo y los otros los transeúntes.
           Es frecuente que comiencen doblando la espalada y que puedan, durante un rato, sentir “me rindo” o “no necesito estar siempre bien plantado, tan erecto, etc.”. Luego, se puede abrir a escenas.
Ø  Hombres prehistóricos. Se concentran cada uno y se imaginan un hombre o mujer prehistórica con todos los detalles. Luego se van levantando y corporizan. Actúan como hombres y mujeres prehistóricos: se desplazan y se comunican como tales. Son pura sensación. Se los va caldeando para que se conecten con las sensaciones primarias. Luego actúan de acuerdo a esos sentimientos o sensaciones.
Ø  Juego de perversos. Cada integrante elije un personaje totalmente perverso, siniestro. Lo actúa y tiene que desarrollar al máximo su perversión con el resto de los integrantes del grupo. Todos juegan con todos. Luego, se puede trabajar en pequeños grupos o en el grupo amplio, sobre por qué eligieron lo que eligieron y cuánto de eso tiene que ver con la vida real. Se abre a escenas.
Ø  Vejez. Se convierten en tortugas que tienen 300 años y todos los llevan encima. Se comportan como tortugas y se desplazan muy lentamente y con mucho agobio por los años y por el peso de los mismos. Trabajar con las sensaciones percibidas, tratar de relacionar con lo que les pueda pasar habitualmente, etc. Se puede abrir a escenas.
Ø  Iniciador, seguidor, opositor, observador. Consigna: “Les voy a pedir que se levanten y caminen por la habitación un ratito… cuando les diga, tomen a alguien de la mano y se van a ubicar de a dos en algún lugar del salón… cuando lo hayan hecho les  pediré que inicien una conversación sobre cualquier tema.”
            Cuando lo hacen, alguien eligió, alguien fue elegido. Alguien comenzó el tema de conversación, alguien hizo algo con él. Después de estar un rato hablando, se les pide que paren de hablar, se concentren en ellos mismos y se fijen en lo siguiente: quién buscó a quién, quién se dejó elegir, quién inició la conversación. Qué hizo el otro, la siguió con ganas, o se ocupó de oponerse a todo lo que decía el que la inició? O se dedicó a escuchar, desde afuera, sin que le importe nada?
           Se les puede pedir que asocien con situaciones de la vida cotidiana, qué conductas están más ejercitadas en relación a esto y pedirles que intenten que jueguen situaciones donde puedan poner a jugar las conductas opuestas (si es iniciador, sea iniciado; si elige, se deje elegir, etc.)
Ø  Lazarillo y ciego. Este ejercicio puede hacerse luego del anterior o simplemente como ejercicio. Se divide al grupo en dos, una mitad hace de ciegos y la otra mitad de lazarillos. Tendrán (los ciegos) que caminar con los ojos cerrados y dejándose guiar por el lazarillo. Puede haber obstáculos en el camino. Luego invertir. Pasar a armar nuevas parejas, para que tengan más de una experiencia como ciegos con distintos lazarillos, como lazarillos con distintos ciegos. Se puede abrir a socializar cómo se sintieron, dónde hubo diferencias, confianza, desconfianza, inseguridad, tranquilidad, etc.
Ø  La balsa. Se delimita una zona pequeña, se les pide a todos que se suban a esa zona y que es una balsa. Que vana tirar al agua a tres personas por vez. En esa balsa molestan los muy (de alguna característica) y quieren librarse de ellos para poder seguir tranquilos, ya que tendrán que estar en esa barca durante mucho tiempo. Se va dando la consigna de tirar de la balsa a los 3 más atractivos (se vuelven a subir), a los 3 más locos (se vuelven a subir), a los 3 más tímidos (se vuelven a subir), los 3 más ruidosos, etc., lo que los coordinadores quieran poner a jugar.
             Generalmente, lo que se ve es que más o menos suelen caer los mismos, ya que se va armando como un equipo de tiradores (iniciadores), un equipo de seguidores (los que caen al agua), un equipo de opositores (están parados en la balsa con mala cara), y un equipo de observadores, que dado su falta de entusiasmo, no son tirados ni tiran, son ignorados.
           Si esto se da, puede pedírseles a los opositores y observadores que sean ellos quienes decidan quienes van al agua, el resto se mantiene pasivo, es decir, aceptando lo que digan los otros.
           Otra opción es que intenten resistirse los “tirados” y ver qué sucede en esa balsa, si igual son tirados al agua o caen otros integrantes.
           Este ejercicio lleva a cambiar de roles. Se pueden ver juegos de alianzas, depositaciones, etc.  Conecta con sentimientos de aceptación-rechazo.
Ø  Títere y titiritero. Se divide el grupo en dos partes. Unos hacen de títeres y otros de titiriteros. Los titiriteros reciben a sus títeres, quienes no tienen autonomía, sino que están programados para recibir las órdenes de su titiritero. Tienen que tratar (los títeres) de no expresar sentimientos tanto con su rostro como con su cuerpo. Luego se trabaja con estas emociones y puede abrirse a escenas.
            Otra variante es que el titiritero o el dueño de la marioneta, vaya generando movimientos levantando hilos invisibles de sus pies, piernas, torso, cola, cabeza, brazos, etc.
JUEGOS PARA COHESIONAR - JUEGOS DE INDIVIDUACIÓN
        En todo grupo hay momentos donde los integrantes se sienten demasiado implicados con otros o demasiado separados entre sí, sin poder juntarse. En esos momentos hay algunos ejercicios que sirven para poner de manifiesto estos sentimientos.
a.   Secreto íntimo compartido: De a dos piensan un secreto muy íntimo (real o imaginario) y lo comparten entre sí. Esto produce (por más que sea imaginario) una sensación de cierta intimidad, saca del aislamiento y corre el foco hacia fuera.
b.   Bar y escena de admiración y disgusto. Se representa un bar con dos mesas ocupadas. En una hay 3 integrantes y algo alejada, una persona sola en otra. En la primer parte, el coordinador da la consigna: “en la mesa de 3 charlen por lo bajo y chusmeen sobre el solitario, expresando disgusto”. La persona que está sola queda sin consigna, tratando de registrar lo que siente. En una segunda parte, la consigna es la misma pero se cambia el disgusto por la admiración.  Se puede hacer con un solo grupo de integrantes, o que todos se vean expuestos a la situación de admiración y disgusto.
c.   Ronda de masajes. De a dos, se masajean con las espaldas o con las manos, pueden ir incorporándose de a 4, 6, 8, hasta terminar todos juntos, sin utilizar la palabra.
d.   Diálogo de manos. De a dos, se comunican con las manos, pueden cerrar los ojos en un primer momento e ir abriéndolos de a poco. Las manos pueden demostrar distintos sentimientos: alegría, asombro, tristeza, bronca, etc., que van mencionando los coordinadores. Luego se pueden ir incluyendo más integrantes hasta terminar todos juntos.
e.   Persona invisible en el tren. De a 4 integrantes por vez. Tres son visibles y uno invisible. Se encuentran en un tren, dos asientos enfrentados. Se ubican los 4 en esos asientos. Los 3 visibles hablan fluidamente entre ellos y el integrante invisible (sin tocarlos) hará todo lo posible de incluirse en la conversación. Tienen que hacer lo posible  por ignorarlo. Naturalmente, el personaje invisible puede ser rotativo, pero por lo general el juego se agota en la tercer vuelta.
f.    Perdidos en la montaña: los integrantes de a dos se pegotean para no sucumbir al frío. Este encuentro, al principio es placentero y continua así los primeros minutos. Si se lo corta en ese momento dan muchas ganas de seguir juntos. Para generar otro clima, y tener ganas de separarse, se continua con el ejercicio, donde tienen que estar pegoteados e inmóviles, quedando en una posición incómoda de alguna manera. Si seguimos prolongando el ejercicio, comienza a provocar ciertos malestares físicos, dolores musculares, calambres y muchas ganas de separarse. A los 10 minutos, francamente se torna intolerante, con lo cual la coordinación da la consigna que cuidadosamente y con el tiempo que quieran se vayan separando. Generalmente el corte es brusco, se separan rápidamente. Luego se puede abrir a socializar, o al despliegue de escenas.
ENSUEÑOS
        Son ejercicios que buscan conectarse con uno mismo, es un momento individual-compartido. Pueden ser tanto regresivos como proyectivos. Se necesitan varios requisitos para implementar los ensueños:
a.   Que estén en un momento en el que puedan desatender a los demás para atenderse cada uno a sí mismo. Si el grupo está en un momento donde necesita mucha interacción, el pedirles que se “metan para adentro” crea demasiada resistencia, con lo cual no es recomendable hacerlo en los inicios de un grupo, ya que hay demasiado desconocimiento entre ellos, ni en las aperturas de las sesiones o reuniones.
b.   Físicamente tienen que tener un cierto monto de cansancio o deseo de relajarse, para lo cual es bueno que previamente se muevan con distintos ejercicios, donde ponen en movimiento el cuerpo. Una vez que el cuerpo satisfizo sus necesidades de movimiento, es más fácil llevarlos a relajación y ejercicios de imaginación.
c.   Es necesario también, que lo previo no haya sido demasiado ansiógeno o agotador, ya que si fue excesivamente intenso emotivamente o están demasiado cansados, se duermen.
d.   Es importante el ritmo y el tono de voz que use la coordinación. Por lo tanto, quien conduce el ensueño tiene que estar en condiciones él mismo porque todo se transmite en el estado en el que ellos lo van a recibir. Si el coordinador está nervioso, apurado, ansioso, dudoso, tenso, etc., los integrantes reciben esto y responden a esa tensión y no a lo que el ejercicio apunta. Para esto es necesario que quien coordine, pueda entrar en cierto estado de “trance”, desconectándose de todo lo demás y centrándose en el ensueño.
e.   Los lineamientos generales del ensueño deben estar preparados, pero no el contenido detallado de los mismo, caso contrario sale “recitado” y no llega afectivamente. Puede tener las líneas generales pero es necesario cierto grado de improvisación, que el relato salga espontáneo, con la finalidad de que sea coherente y emotivo, de modo que pueda tener el ritmo y la cadencia coherentes con el material que está dando. Esto se logra si el grupo tiene sintonía y cada uno transmite sus emociones personales, cosa que no sucede cuando todo está demasiado preparado.

        Éstos son algunos ejemplos, la idea es darle rienda suelta a la creatividad, para poder recrear y reinventar otros ejercicios.


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